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viernes, 16 de enero de 2015

EJERCICIO nº17 - "¿Leer libros?"

Mientras tengamos DP/DR no deberíamos leer demasiados libros a no ser que sea imprescindible para seguir manteniendo  una vida normal hasta la recuperación total (terminar los estudios, mantener el trabajo, etc...)  y si lo hacemos, siempre siguiendo la recomendación de hacer paradas al menos cada diez minutos para conectar con todo lo que nos rodea, incluso con el propio libro, con su portada, sus hojas,...

Y preferiblemente libros de verdad, tangibles, con páginas de papel, no electrónicos.
Los electrónicos, a no ser que sean "escaneados de originales", no evocan recuerdos que nos interesen.

¿Y por qué no es recomendable? Porque al fin y al cabo el contenido de un libro RECREA la realidad, pero no es un sustitutivo de las cosas reales.

Nuestro ejercicio se basa en ver el libro como un objeto real, no como un contenido que hay que devorar de forma lineal y no parar hasta que se acabe.

 


EJERCICIO º17 - "un uso diferente de los libros como terapia"

En casa habrá dos tipos de libros. Los que usabas o conocías de ANTES de sufrir DP/DR y los que se adquirieron DESPUÉS.

También habrá libros TUYOS y libros que NO son tuyos. La distinción es importante, ya que queremos recuperar LO NUESTRO, NUESTRA PERSONALIDAD. 

Preferiblemente debes usar los de ANTES, ya que te permitirán conectar con el pasado, y sin son TUYOS mejor que mejor.

  • Ve buscando por las estanterías estos libros que son tuyos y de antes. Céntrate primero en ellos.
  • Cógelos, siente su peso, abre las páginas, nota la textura de sus hojas y huélelos por dentro. Observa cuidadosamente la portada y la contraportada. 


  • Hazte las siguientes preguntas con el libro en tus manos:
    • ¿Cuándo lo compré?, ¿Para qué lo compré?, ¿Dónde lo compré?, ¿Lo leí entero en su día?, ¿Donde lo leía?, ¿Qué me preocupaba entonces?
    • ¿Tiene forro?, ¿cuando lo puse?, ¿Cómo ha llegado hasta esta repisa?, ¿Ha estado siempre aquí?, ¿Donde estaba cuando yo estaba bien?
    • ¿Quien me veía leerlo en su día?, ¿familia?, ¿amigos?, ¿Compañeros de clase o de trabajo?
    • ¿Qué pasaría si lo dejo caer al suelo?, ¿Haría un gran sonido?, ...
    • Si es un libro de texto, ¿lo leí todo?, ¿Entraban todos los capítulos en los exámenes?
    • ¿Tiene anotaciones mías en los márgenes?, ¿Alguna fecha?
    • Mentalizate mientras lo tocas... SOY EL MISMO QUE LO TOCABA EN SU DÍA, y vuélvelo a observarlo detenidamente.
    •  ¡No lo leas!, simplemente pasa a otro libro y haz lo mismo.
Es decir, revisaremos los libros de forma superficial, hojeándolos y fijándonos en sus carácterísticas físicas y en los recuerdos que nos evocan. 

PERO NO EN EL PROPIO CONTENIDO

santos.barrioscanseco@gmail.com

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